ADIÓS a las ruidosas manifestaciones ante los juzgados que, un día sí y otro también, nos recordaban el clima de crispación que a todos nos toca.
ADIÓS a los cuerpos del gimnasio municipal de enfrente que cada día, a cada hora, nos hacían reprocharnos nuestras propias miserias.
ADIÓS a las Cocacolas del Chino de la esquina y a sus enormes bolsas de chuches que son la energía creativa de Nacho.
ADIÓS a los restaurantes de moda para futbolistas y empresarios Cayenne que comparten la misma liga del hambre con miles de bares y su menú de crisis.
ADIÓS a José el gorrilla de los Juzgados y su pulso constante con las gusanas verdes embutidas en sus chalecos reflectantes.
ADIÓS a los estirados camareros del Santa Bárbara que jamás acompañaron sus tan sobrevaloradas cañas con una sencilla aceituna.
ADIÓS a las viejas gitanas que con una ramita de romero curan o transmiten todos los males a payos encorbatados que pasan perdidos en sus móviles cerca de ellas.
ADIÓS a las Damas de la Noche cuya coincidencia horaria nos hacía pensar en que de nuevo volvíamos a salir demasiado tarde de la agencia.
ADIÓS a nuestras oficinas detrás de la Plaza de Castilla tras nueve años siendo parte de este barrio a caballo entre La Celsa y Wall Street.
Necesitábamos crecer  y por fin nos hemos decidido a dar el paso (aunque en realidad son unos cuantos pasos más). Cruzamos la M30 y ya nos espera un nuevo y amplio edificio en Arturo Soria,en la calle Duquesa de Castrejón 11.
Seguro que algún día volveremos por aquí, a nuestros orígenes,al fin y al cabo quien puede vivir separado mucho tiempo del todo a un euro?